CUENTOS QUE NO TIENEN CABIDA

CUENTOS QUE NO TIENEN CABIDA
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NO HAY PEOR MUERTE

La primera vez que morí me encontraba a punto de la primera vez en que mi hermano mayor me enseñaría a andar en la bicicleta, él lo había jurado ya dos semanas atrás debido a que desde hace meses me había ganado su odio porque mi insistencia le llego a molestar una vez que no lo deje dormir, recuerdo que fue un día antes de su concurso , él era un buen deportista , para ser más exactos un excelente ciclista, era mi héroe –saben–, por eso quería que él y nadie más que él era el indicado para enseñarme a ser todo un acróbata en la bicicleta, ese era mi deseo más grande, por eso todos los días revisaba mi bicicleta y la de mi hermano para que todo saliera perfecto, sin ningún inconveniente, también revisaba que las llantas estuvieran adecuadas en cuanto al aire y que los frenos funcionaran pero lo mejor fue que ya había terminado de pintar la bici de mi color favorito para el gran día en que la estrenaría ,sin embargo la muerte llego de sorpresa.

El día había llegado, recuerdo perfectamente que era un 7 de Julio por que el siete es mi numero favorito , ese día me levante de prisa y fui a buscar a mi hermano para recordarle , encontré su habitación deshabitada como si no hubiera llegado a dormir, todo en su habitación estaba intacto , nada estaba fuera de su lugar , pensé que llegaría para después de que yo regresara de la escuela, a la cual odiaba ir caminado , pero creo que ese dia también fue la primera vez que me fui a la escuela sonriendo pensando en que ya nunca mas iría a pie, si no más rápido a bordo de mi bicicleta color verde.

Pasaron las horas y mi hermano no llego, pregunte a mi madre muchas veces por él y no me decía nada, me enoje y todas las ilusiones se querían venir abajo cuando dudaba en si se le habría olvidado su promesa , realmente quería –no por mala intención– que le hubiera pasado algo que le haya impedido llegar a la casa y cumplir su promesa pero, por otro lado me empezaba a carcomer una desilusión tan grande que me destrozaba por dentro y me mataba , esa fue la primera vez que me morí.

Ya muerto , sentí que no valía nada las palabras, la gente miente y más las personas que consideras importantes en tu vida , no pensé en lo que podría pasar, salí corriendo a la calle con mi bicicleta para demostrar que podía aprender a andar en bici sin la ayuda de nadie, la calle estaba mojada y me arme de valor con la intención de aprender a pedalear, así que me avente de una calle inclinada, pensé que lo lograría, hasta que vi enfrente de mi un carro color negro que iba dando vuelta a toda velocidad, creo que eran unos narcotraficantes escapando de una persecución policiaca por lo veloz que iban, grite para ver si me esquivaban, pero todo fue tan rápido que cuando vi mi cara impactada en el parabrisas manchado con mi sangre y la bicicleta atorada en el cofre delantero del auto solo pensé en que era la segunda vez que me moría y no hay peor muerte que morir por pendejo.

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HERNÁNDEZ LUZ RAÚL JONATHAN
CUENTO 2011
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