MEDIOCRE.
Después de todo , vida solo hay una y se disfruta haciendo lo que más te gusta , Olaf paso de ser uno de tantos reporteros para acabar siendo el dirigente de un gran medio de comunicación de información impresa, pero viéndolo desde otro punto de vista paso a convertirse de lleno en el compilador anónimo de toda historia que quisieran contarse.
Olaf siempre decía:” Si tienes una idea en el pensamiento, nunca la reprimas, solo proponte que alguna vez cuando se presente la oportunidad podrás concretarla”. Olaf siempre tuvo muchas ideas en su cabeza pero desde hacía tiempo una le inquietaba y llevaba planeándose desde hace un par de años y parecía ser el momento posible para dejar de abstraer su idea; una idea discordante con varios compañeros suyos de su edad y otros que eran uno o dos años menores quienes cuya meta en la vida era ascender en la casa editorial, entrevistar gente famosa y redactar noticias, casarse, tener hijos y un buen trabajo que les ayude a mantenerlos, el camino más mediocre que uno puede elegir, puesto que es solo seguir el modelo de vida que la sociedad se permite seguir “normalmente“.
Una de aquellas tardes, Olaf se volvió a sentar a escribir en aquella máquina que se había encontrado abandonado entre las cosas heredadas por sus abuelos, un artefacto viejo y arcaico, por suerte todavía servía, pesaba como cinco kilos, las letras de las teclas casi desvanecidas en su totalidad, pero no lo tanto para que pudiera identificarlas y asignarles pedacitos de masquen con la letra escrita correspondiente, coloco una hoja blanca y empezó a escribir:
"Como no sentirse mediocre cuando siendo un reportero y haber estudiado una carrera tan multididactica y con un amplio campo laboral como lo es Comunicación haya terminado de reportero, cosa que no me desagrada mucho, pero habiendo tantas labores diferentes y aun no exploradas, o quizá he llegado a la cumbre de mi labor que es tiempo de experimentar algo nuevo, eso es algo que siempre me pasa, hoy me he puesto a pensar que me he dedicado a las demás historias que ahora me han dado ganas de contar mis propias historias, dar otras alternativas que leer , que pensar, nuevas ideas que exponer, aportar, nuevas aventuras que contar y ahora quiero salir de esta maldita ciudad y viajar por la vida, así que lo hare sin pensar hasta donde iré a parar, sin pensar en que cosas veré o hare, como decía una amiga mía:” las cosas salen mejor cuando no se planean”.
“En esta ciudad no me pienso quedar, quiero más, hay cosas más intensas que me puedan pasar, yo quiero viajar, nunca más voy a hacerte caso, seguir aquí sería un fracaso, echare de menos a los buenos amigos, pero no será lo mismo”.
"Conocer nueva gente, diferentes formas de pensar, costumbres, anécdotas, lugares extraños era lo que atraían a Olaf a caminar por diferentes suelos,” atravesarse entre diferentes culturas y ver el choque entre ellas” –ja ja ja ja! –Se rio Olaf.
Esa madrugada, Olaf se despertó sin plan alguno y solo se empezó a vestir, tomo dinero del cajón del buro que tenía a lado de su cama, lleno su mochila de dos mudas de ropa, enseguida de cerrar la mochila tomo una caja de cartón y metió ahí su máquina de escribir y unos cuantos libros en espera de leerse cuando hubiera ratos de ocio, Olaf consideraba que podía sobrevivir con literatura y un baño a la mano, cerró la caja con un lazo, Olaf se puso la mochila tomo la caja y salió de su casa a las 4 de la mañana, el camino seria largo, ni siquiera tenía idea de adonde ir, así que solo empezó a camina r y a caminar, llego a la avenida, Olaf tenía un aspecto de vagabundo debido a que solo se vistió con lo que tenía a la mano , después de caminar durante seis horas, de repente escucho el sonido de un claxon, Olaf se orilló porque pensaba que ese era el motivo de que el conductor le advirtiera que iba muy adentro de la carretera o algo por el estilo , pero no, el automóvil se detuvo a un costado de él y se abrió la ventanilla –Quiere que le dé un aventón– le escucho mientras vio que se asomaba una chava muy amable con intención de ayudarle a Olaf , Olaf sonrió y acepto la propuesta , inmediatamente que se acomodó al asiento la muchacha se presentó:
– ¡Hola me llamo Daniela! ¿A dónde vas?
–A cualquier lado– contesto Olaf y cerró la puerta del auto.
Solo queda una cuestión por resolver, este es el final o simplemente el principio de varia historias más que contar y que después se compilen con el paso del tiempo.
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<< EPI.8
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